En la era de la transformación digital, las API se han convertido en una parte fundamental de la estrategia empresarial. Permiten la integración de sistemas, la creación de ecosistemas digitales y la colaboración con socios externos. Sin embargo, seleccionar la plataforma de API Management adecuada puede resultar una tarea compleja y crucial para maximizar el éxito de una organización.
La elección de una plataforma de API Management va más allá de simplemente buscar una solución técnica. Implica comprender las necesidades y objetivos específicos de la organización, evaluar las capacidades y funcionalidades de diferentes proveedores, y tomar decisiones estratégicas para garantizar un despliegue exitoso y un retorno de inversión óptimo.
En este contexto, es fundamental adoptar un enfoque metódico y basado en mejores prácticas para tomar la decisión correcta. Maximizar el éxito en la selección de una plataforma de API Management implica considerar una serie de aspectos clave, como la alineación con los objetivos comerciales, la funcionalidad ofrecida, la flexibilidad, la escalabilidad, el soporte técnico y el costo total de propiedad.
Nuestro secreto es la metodología desarrollada que se basa en tres pilares fundamentales:
Centrado en el cliente
Además, de la creación de un equipo de trabajo que incluya al Departamento de Arquitectura del cliente (o equivalente), centramos cada fase del proceso en los requisitos y necesidades del cliente, tanto actuales como futuras.
Solución agnóstica
Hemos desarrollado un modelo matemático que mezcla los requisitos del cliente y su impacto en su negocio con el nivel de soporte de cada una de las plataformas objeto de la evaluación.
Metodología de investigación probada
Nos basamos en la Estrategia de Indicios para Investigación e Innovación para estructurar la investigación y agregar adecuadamente fuentes primarias y secundarias con datos empíricos obtenidos de PoCs.
Para maximizar el éxito en la selección de una plataforma de API Management, es esencial seguir un enfoque metódico y basado en mejores prácticas. Esto implica comprender a fondo las necesidades y objetivos específicos de la organización, evaluar de manera exhaustiva las capacidades y funcionalidades de diferentes proveedores y tomar decisiones estratégicas que garanticen un despliegue exitoso y un retorno de inversión óptimo.