En un mundo cada vez más digitalizado, la inteligencia artificial (IA) se perfila como una herramienta transformadora en múltiples sectores. La capacidad de procesar grandes volúmenes de datos, incluso en lenguaje natural, predecir comportamientos y automatizar procesos está cambiando radicalmente la forma en que las compañías gestionan la información y las estrategias en torno a sus clientes.
La implementación de la IA en las compañías ha permitido la automatización de tareas rutinarias, el procesamiento automatizado de datos y la personalización del contacto con los clientes entre otras cosas. Estas mejoras han resultado en una mayor eficiencia operativa y una mejor toma de decisiones. Además, la IA predictiva y generativa ha optimizado la segmentación de clientes y la priorización de las estrategias de atracción y fidelización de clientes a través de la hiperpersonalización.
El grado de adopción de la IA va en aumento. En la actualidad el 60% de las organizaciones de están utilizando IA de alguna manera, y se ha demostrado que este uso está incrementando la productividad, con crecimientos de doble dígito en algunos sectores. Sin embargo, esta revolución tecnológica no está exenta de desafíos entre los cuales se encuentra el cumplimiento de Ley de IA, que entró en vigor en agosto de 2024 y que busca regular su uso de los datos para garantizar la seguridad y los derechos fundamentales de los ciudadanos
Objetivos del EU AI Act y recomendaciones para su implementación
La Ley de IA de la Unión Europea o AI Act tiene como objetivo principal garantizar la seguridad y los derechos fundamentales, regulando el uso de la IA para proteger la salud y la seguridad de las personas. Además, busca promover la confianza en la IA estableciendo un marco regulatorio que fomente la adopción de tecnologías confiables y transparentes. La ley también pretende fomentar la innovación segura y armonizar las normativas en toda Europa, evitando la fragmentación regulatoria y facilitando el mercado único digital.
Para adaptarse a esta nueva regulación, las organizaciones deben implementar una plataforma tecnológica que ofrezca capacidades técnicas avanzadas, como la observabilidad de los sistemas y la detección temprana de anomalías. Es crucial definir una metodología y gestión del cambio, creando una oficina de gobierno de la IA que establezca principios éticos y promueva la divulgación y concienciación. Además, es necesario definir indicadores de rendimiento y herramientas de supervisión para garantizar la intervención y supervisión humana.
La IA no es solo una tendencia tecnológica, es una revolución en la gestión de toda organización. Las compañías que adopten estas tecnologías transformarán su eficiencia, reducirán costes y mejorarán la experiencia del cliente, si bien deben tener en cuenta la importancia de implementar las herramientas y metodologías necesarias para cumplir con la ley (AI Act).
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