Gobierno API: el cohete hacia el País de las Maravillas
Las API bien definidas describen procesos empresariales y operativos que permiten la automatización y aportan nuevas eficiencias a la forma de desarrollar y gestionar un negocio. Contribuyen a ampliar las oportunidades a nuevos mercados y modelos de negocio.
El uso de las APIs sigue creciendo vertiginosamente desde 2016 y se prevé que ese comportamiento siga hasta 2028. A medida que aumenta la popularidad de las API, es cada vez más difícil para las organizaciones poder gestionarlas y controlarlas con eficacia.
Este artículo destaca por qué es importante el Gobierno API y ofrece las mejores prácticas al respecto.
¿Qué es el Gobierno API?
El Gobierno API es la práctica de aplicar a las API reglas y políticas comunes a las API. También suele implicar el diseño de API basadas en un modelo de datos común de recursos/objetos modelo reutilizables aprobados y consistentes con el resto de la organización. Por último, el Gobierno puede utilizarse para garantizar que las API estén suficientemente enriquecidas con metadatos para que puedan consumirse fácilmente tanto internamente (por ejemplo, los gestores de productos), como externamente (por ejemplo, los socios).
En la práctica, a menudo vemos empresas que utilizan un modelo de Gobierno API que abarca multitud de reglas, patrones, normas y políticas (véase la figura 2).
Figura 2 Objetivos del Gobierno API (Fuente: Duc Huy Bui)
El objetivo del Gobierno API es garantizar la coherencia. Un proceso de gobierno puede ayudar a garantizar la coherencia de las API en toda la organización. También puede ayudar a evitar problemas como el código duplicado, el acoplamiento entre componentes, la falta de fiabilidad o el exceso de servicios.
Asimismo, hay otras oportunidades de mejora que el Gobierno API puede catalizar:
- Diferentes estilos arquitectónicos de las API (SOAP, REST, GraphQL, AsyncAPI, etc.), cada uno con sus propios estándares y patrones de diseño.
- Flexibilidad para las excepciones
- Procesamiento diferente en las distintas fases del ciclo de vida de las API.
- Reportabilidad
Buenas prácticas de Gobierno de API
A continuación, se enumeran algunas de las mejores prácticas a seguir para que el Gobierno API resulte más efectivo. Además, hay algunas estrategias que ayudan a lograr el objetivo de estandarizar las API y mantener su coherencia:
- Disponer de un conjunto centralizado de normas de Gobierno API para toda la empresa, pero permitir excepciones para garantizar la flexibilidad y la capacidad de respuesta.
- Automatizar las comprobaciones y la validación del Gobierno API para agilizarlas y habilitarlas.
- Realizar un seguimiento de dónde se despliegan las API, quién las utiliza, cómo se utilizan y otros elementos del ciclo de vida de las API.
- Aplicar el gobierno en todas las fases del ciclo de vida de las API y asegurarse de que las normas de Gobierno API se cumplen antes de que una API pueda desplegarse.
- Gestionar las API en un catálogo.
- Utilizar un modelo de información para planificar, diseñar y crear las API.
- Implantar un sólido control de versiones de las API.
- Establecer una política de caducidad de las API.
Conclusión
El Gobierno API ayuda a ahorrar tiempo y dinero porque permite la coherencia entre las API, permite la reutilización de componentes y garantiza que las API se construyan de forma proactiva para lograr objetivos específicos y aportar valor a la empresa.
La ventaja competitiva ya no está en tener o no API, sino en el óptimo alineamiento de la estrategia API con la estrategia de negocio de la organización y, en este sentido, un Gobierno API optimizado es la mejor herramienta.